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sábado, 29 de junio de 2019

USO DE ESTATINAS A DOSIS HABITUALES Y ALTAS DESPUÉS DE UN ACCIDENTE CEREBROVASCULAR ISQUÉMICO EN EL REINO UNIDO: UN ESTUDIO DE COHORTE RETROSPECTIVO


Zhirong Yang, Duncan Edwards, Efthalia Massou, Catherine L Saunders, Carol Brayne, Jonathan Mant
Journal of Clinical Epidemiology 28 June 2019 Volume 2019:11 Pages 495—508
DOI https://doi.org/10.2147/CLEP.S201983

Antecedentes
La evidencia de los ensayos respalda el uso de estatinas después de un accidente cerebrovascular isquémico y las recientes guías estadounidenses, europeas y británicas recomiendan estatinas a alta intensidad para esta indicación. Se dispone de datos limitados que describen el uso actual de estatinas en estos pacientes en entornos no seleccionados. Realizamos un estudio de cohorte para examinar las tendencias seculares y los factores asociados con el uso de estatinas y las dosis después del accidente cerebrovascular isquémico.

Métodos
Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo de pacientes con el primer accidente cerebrovascular isquémico entre 2000 y 2014 utilizando el enlace de datos de investigación de práctica clínica (CPRD). Las proporciones de usuarios de estatinas y usuarios de estatinas a alta intensidad dentro de los 2 años posteriores al accidente cerebrovascular se estimaron para cada año de calendario. Utilizamos los modelos de regresión de Cox para explorar los factores potenciales asociados con el uso de estatinas y los modelos de regresión de Poisson para calcular los índices de riesgo para el uso de una estatina de alta intensidad.

Resultados
Se analizaron un total de 80.442 pacientes con primer ictus. La proporción de uso de estatinas dentro de los 2 años posteriores al accidente cerebrovascular aumentó del 25% en 2000 al 70% en 2006 y se mantuvo en alrededor del 75% hasta 2014. Entre los usuarios de estatinas después del accidente cerebrovascular, el uso de alta intensidad representó aproximadamente el 15% entre 2004 y 2011 y luego aumentó a casi el 35% en 2014. Pacientes de mayor edad (75 años o más), pacientes más jóvenes (45 años o menos), pacientes sin tratamiento previo con estatinas, demencia, bajo peso o ausencia de factores cardiovasculares (enfermedad coronaria, tabaquismo, obesidad) , diabetes, hipertensión o cuadro isquémico transitorio tuvieron menos probabilidades de usar estatinas y menos probabilidades de recibir una estatina de alta intensidad.

Conclusión
Ha habido un aumento a lo largo del tiempo tanto en el uso de estatinas como en la dosis, pero muchos pacientes con accidente cerebrovascular isquémico continúan recibiendo un tratamiento insuficiente. Los ensayos clínicos y las intervenciones de políticas para mejorar el uso apropiado de estatinas después de un accidente cerebrovascular deben centrarse en pacientes más jóvenes y mayores, pacientes sin tratamiento con estatinas antes del accidente cerebrovascular y pacientes sin factores de riesgo cardiovascular adicionales.

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