E Burn, D W Murray, G A Hawker, R Pinedo-Villanueva, D
Prieto-Alhambra
Osteoarthritis and Cartilage 2019 June 17
Objetivo
El objetivo de este estudio fue estimar el riesgo a lo largo
de la vida del reemplazo de rodilla y cadera después de un diagnóstico de
osteoartritis por un médico de cabecera y evaluar cómo este riesgo varía con
las características del paciente.
Métodos
Se utilizaron datos recopilados de manera rutinaria en
Cataluña, España, que cubren de 2006 a 2015. Los participantes en el estudio
tenían un diagnóstico de un GP de osteoartritis de rodilla o cadera
recientemente registrado. Se especificaron modelos de supervivencia
paramétricos para el riesgo de reemplazo de rodilla/cadera y muerte después del
diagnóstico. Los modelos de supervivencia se combinaron utilizando un modelo de
Markov y se estimó el riesgo de por vida para el perfil promedio del paciente.
Se evaluaron los efectos de la edad en el momento del diagnóstico, el sexo, las
comorbilidades, el estado socioeconómico, el índice de masa corporal (IMC) y el
tabaquismo sobre el riesgo.
Resultados
Se incluyeron 48.311 individuos diagnosticados con
osteoartritis de rodilla, de los cuales 2.561 fueron sometidos a reemplazo de
rodilla y 15.105 individuos diagnosticados con artrosis de cadera, de los
cuales 1.247 se sometieron a reemplazo de cadera. El riesgo de por vida del
participante promedio de reemplazo de rodilla fue del 30% (95% IC: 25% a 36%) y
para el reemplazo de cadera fue del 14% (10% a 19%). Las características
notables del paciente que influyen en el riesgo de por vida fueron la edad en
el momento del diagnóstico para el reemplazo de rodilla y cadera, el sexo para
el reemplazo de cadera y el IMC para el reemplazo de rodilla. El IMC que se incrementó
de 25 a 35 se asoció con un riesgo de reemplazo de rodilla de por vida que
aumentó de 24% (20% a 28%) a 32% (26% a 37%) para pacientes por lo demás
promedio.
Conclusión
El reemplazo de rodilla y cadera no es inevitable después de
un diagnóstico de osteoartritis, con un riesgo promedio de por vida de menos de
un tercio y un sexto, respectivamente. Las características de los pacientes,
especialmente el IMC, influyen en los riesgos de por vida.
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