H S Eyjólfsdsttttir, I Baumann, N
Agahi, J Fritzell, C Lennartsson
Social Science & Medicine 2019 February 22, 226: 77-86
Social Science & Medicine 2019 February 22, 226: 77-86
Muchos países están aumentando la edad de elegibilidad para la pensión debido al aumento de la esperanza de vida. Dado el gradiente social en la esperanza de vida y la salud, es importante comprender los posibles efectos sobre la salud de la edad avanzada y la vida laboral prolongada y si los efectos difieren según la posición socioeconómica en una muestra representativa de la población sueca. Además de los efectos promedio, también examinamos los efectos heterogéneos, por ejemplo, por clase social ocupacional. Para hacer esto, utilizamos el emparejamiento de puntaje de propensión, un método adecuado para abordar la causalidad en los datos de observación.
Los
datos provinieron de dos encuestas longitudinales suecas vinculadas
basadas en muestras representativas a nivel nacional con seguimientos
repetidos: La encuesta sueca de nivel de vida y el estudio sueco del
panel sobre las condiciones de vida de las personas mayores, y de los
registros nacionales de ingresos y mortalidad.
La
muestra analítica para el resultado de mortalidad incluyó a 1.852
personas, y para los resultados de salud física a finales de la vida
de 1.461 personas. No encontramos un efecto promedio significativo en
el aplazamiento del trabajo (ATT) hasta los 66 años o más en los
resultados, medidos en un promedio de 12 años después de la
jubilación: mortalidad (ATT -0.039), la capacidad de subir escaleras
(ATT -0.023) , salud autoevaluada (ATT -0.009), limitaciones de
actividades de la vida diaria (ATT -0.023) o dolor musculoesquelético
(ATT -0.009) al final de la vida.
Los
análisis de si los resultados variaron según la clase social
ocupacional o la propensión a prolongar la vida laboral no fueron
concluyentes, pero sugieren un efecto positivo de prolongar la vida
laboral en los resultados de salud. En consecuencia, se necesitan
conocimientos más detallados sobre los mecanismos precisos que
subyacen a estos resultados.
En
conclusión, trabajar hasta los 66 años de edad o más no tuvo
efecto sobre la mortalidad o la salud física tardía.
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