Tessa J Parsons, Efstathios Papachristou, Janice L Atkins,
Olia Papacosta, Sarah Ash, Lucy T Lennon, Peter H Whincup, Sheena E
Ramsay, S Goya Wannamethee
Age and Ageing 2019 January 22
Age and Ageing 2019 January 22
Antecedentes
Cada vez más adultos mayores viven con
fragilidad y sus consecuencias adversas. Investigamos las relaciones
entre la calidad o los patrones de la dieta y la fragilidad física
incidente en hombres británicos mayores y si alguna asociación fue
influenciada por la inflamación.
Métodos
Métodos
Estudio prospectivo de 945 hombres del
British Regional Heart Study de 70 a 92 años sin fragilidad
prevalente. La fragilidad se definió como tener al menos tres de:
fuerza de agarre baja, actividad física baja, velocidad lenta para
caminar, pérdida de peso involuntaria y sensación de baja energía,
todo basado en el autoinforme y se evaluó mediante un cuestionario
después de 3 años de seguimiento. El Indicador de dieta saludable
(IDH) basado en las pautas dietéticas de la OMS y el Índice
dietético del adulto mayor (EDI) basados en una ingesta
dietética de estilo mediterráneo se calcularon a partir de los
datos del cuestionario y se identificaron tres patrones dietéticos
utilizando el análisis de componentes principales: prudente, alto en
grasa/bajo en fibra y alto contenido de azúcar.
Resultados
Resultados
Los hombres en la categoría EDI más
alta y aquellos que siguieron una dieta prudente tenían menos
probabilidades de volverse frágiles (OR categoría
superior/inferior: IC 95% 0.49 (0.30-0.82) y 0.53 (0.30-0.92)
respectivamente) después del ajuste para posibles factores de
confusión, incluido el IMC y la enfermedad cardiovascular
prevalente. No se observó asociación significativa para el IDH. En
contraste, aquellos que tenían un patrón de dieta alto en grasa y
bajo en fibra tenían más probabilidades de volverse frágiles [OR:
IC 95% 2.54 (1.46-4.40)]. Estas asociaciones no fueron mediadas por
la proteína C reactiva como marcador de inflamación.
Conclusiones
Conclusiones
Los hallazgos sugieren que la adhesión
a una dieta de estilo mediterráneo se asocia con un riesgo reducido
de desarrollar fragilidad en las personas mayores.
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