Silvia Ravalli, Marta Anna Szychlinska, Rosalia Maria
Leonardi, Giuseppe Musumeci
World Journal of Orthopedics 2018 November 18, 9 (11):
255-261
La osteoartritis (OA) es una enfermedad degenerativa crónica
del cartílago articular con opciones limitadas de tratamiento. Esta realidad
alienta a los médicos a sugerir medidas preventivas para retrasar y contener el
brote de las afecciones patológicas. El cartílago articular y el sinovio que
padecen OA se caracterizan por un estado inflamatorio y por un estrés oxidativo
significativo, responsables del dolor, la hinchazón y la pérdida de movilidad
en las etapas avanzadas.
Esta revisión se centrará en la capacidad del aceite de
oliva para ejercer efectos positivos en toda la articulación, reducir la
liberación de citocinas proinflamatorias y aumentar la síntesis de lubricina, el extracto de hoja de olivo, que mantiene la lubricación al estimular la
síntesis de hialuronano de alto peso molecular en células sinoviales, la curcumina, que retrasa el inicio de la degradación del cartílago patológico, la sanguinarina, que regula negativamente las proteasas catabólicas, la vitamina D
por su capacidad para influir en el entorno oxidativo y proinflamatorio y, por último, el
ácido carnósico como inductor de la hemooxigenasa-1, que ayuda a preservar la
degeneración del cartílago.
Estas moléculas, consideradas como suplementos dietéticos
naturales, aparecen como una respuesta de vanguardia a este difícil problema de
salud, desempeñando un papel importante en el control de la pérdida de
equilibrio homeostático y ralentizando la progresión de la patología.
Las
moléculas naturales o derivadas de alimentos que pueden ejercer efectos
terapéuticos potenciales se conocen como "nutracéuticos", como
resultado de la combinación de las palabras "nutrición" y
"farmacéutico". Estos compuestos han ganado popularidad debido a su
fácil disponibilidad, lo que representa una gran ventaja para las industrias
alimentaria y farmacéutica. Además, la naturaleza crónica de la OA implica el
uso de compuestos farmacológicos con seguridad comprobada a largo plazo,
especialmente porque los tratamientos actuales como los antiinflamatorios no
esteroideos y los analgésicos mejoran el alivio del dolor, pero no tienen
efecto sobre la progresión degenerativa y también pueden causar efectos
secundarios graves. .
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