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sábado, 18 de junio de 2016

¿ESTAMOS CUMPLIENDO LOS MÉDICOS? CONOCIMIENTOS, ACTITUDES Y DISPONIBILIDAD PARA EL CAMBIO EN RELACIÓN CON LA ADHESIÓN A LAS GUÍAS CLÍNICAS DE TRATAMIENTO DEL DOLOR LUMBAR

Epstein-S Sher, Jaffe DH, Lahad A
Spine [2016]

Antecedentes
El LBP es un proceso común gestionado principalmente por los médicos de cabecera. Poco se sabe, sin embargo, sobre el conocimiento médico de la LBP, sus actitudes y creencias (A & B) y cómo estos 3 factores (conocimientos, A & B) influyen en su comportamiento en la práctica.
La A & B de los médicos de cabecera se ha demostrado que influye en el curso de la LBP de sus pacientes y se han desarrollado directrices en un intento de mejorar la eficacia y la calidad de la atención de la LBP. La investigación en todo el mundo (y en Israel) ha demostrado que la implantación de las guías para LBP no es todavía óptima.

Objetivo
Examinar el conocimiento sobre las guías clínicas para dolor lumbar (LBP), la disposición a poner en práctica estas directrices y las actitudes y creencias sobre dolor lumbar entre los médicos de cabecera israelíes, así como determinar si la edad del médico, la familiaridad con la directriz y la especialidad del médico afectan a estas variables.

Métodos
Estudio transversal de 145 médicos de atención primaria (MAP). Los participantes completan un cuestionario. Las variables se midieron utilizando una versión traducida y validada de la Health Care Providers' Pain and Impairment Relationship Scale (HC-PAIRS). Las características demográficas y profesionales se analizaron para la correlación con las variables de resultado

Resultados
La probabilidad de que los médicos de cabecera tengan actitudes y creencias (A y B) no coherentes con las directrices fue mayor entre los médicos mayores de 50 años (p <.05). Los especialistas en medicina de familia (MF) eran más propensos a tener un alto nivel de conocimiento de las directrices en comparación con los no especialistas en medicina de familia (MG) (83,8 frente a 61,9, respectivamente; p <.001). También se observaron diferencias entre los MF y MG para la media de resultados HC-PAIRS (34,6 frente a 41,1, respectivamente, p = 0.00), lo que indica una mayor consistencia de las actitudes y creencias (A & B) con las directrices entre los MF. No se encontró asociación significativa entre el nivel de conocimientos de los médicos de cabecera y su disposición para poner en práctica (RTI) las guías clínicas actualizadas.

Conclusiones
El estudio mostró que los médicos de cabecera, especialmente los MF, tenían altos niveles de conocimiento de las directrices de tratamiento del dolor lumbar, aunque la RTI era limitada. La necesidad de una mayor exposición y entendimiento de la importancia de la aplicación de las directrices de LBP es esencial para futuras adherencias a las directrices.

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