M Marta Arcas, George L Delclos, Isabel
Tora-Rocamora, José Miguel Martínez, Fernando G Benavides
J Epidemiol Community Health doi:10.1136/jech-2014-204331
Antecedentes
J Epidemiol Community Health doi:10.1136/jech-2014-204331
Antecedentes
Existe amplia
evidencia de que las mujeres presentan una mayor duración de las
bajas por enfermedad (SA) que los hombres. Los trastornos
musculoesqueléticos son influenciados por el género debido a la
división sexual del trabajo.
Métodos
354.432 episodios de
SA no laboral debido a trastornos músculo-esqueléticos, registrados
en Cataluña entre 2005 y 2008, fueron seleccionados. La variable de
resultado fue la duración de la SA. Los modelos de supervivencia de
fragilidad, estratificados por sexo y ajustados por variables
explicativas (edad, situación laboral, manejo de casos, actividad
económica y episodios repetidos), se ajustaron para estudiar la
asociación entre cada variable y la duración de la SA, obteniendo
razones de riesgo (HR).
Resultados
Las mujeres
presentan episodios más largos de SA que los varones en todas las
categorías de variables. Se observó una tendencia de menor a mayor
duración de la SA con la edad en los varones, mientras que en las
mujeres tenía un patrón fluctuante. En el análisis de subgrupos de
diagnóstico más frecuentes de la muestra, sólo “lumbalgia no
específica” y “lumbago ciática” mostraron estos patrones por
edad. Los modelos de supervivencia de fragilidad aplicados a estos 2
subgrupos confirmaron los patrones de edad descritos en la duración
de la SA.
Conclusiones
Las mujeres tienen
SA no relacionada con el trabajo debido a trastornos
músculo-esqueléticos de mayor duración que los varones. Sin
embargo, mientras que los varones tienen ausencias más largas a
medida que aumenta la edad, en mujeres de edad avanzada, algunos
grupos tienen ausencias más cortas que las más jóvenes. Estos
resultados podrían explicarse por las diferencias de género en la
interacción entre las exigencias laborales pagadas y las familiares.
Nuestros resultados ponen de manifiesto la necesidad de que continúe
la investigación en la SA desde una perspectiva de género, con el
fin de mejorar su gestión en términos de práctica clínica y
políticas públicas.
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