Deyo R A, et al.
J Am Board Fam Med 2009;22:62-68
La lumbalgia crónica se encuentra entre las quejas más comunes de los pacientes. Su prevalencia e impacto han producido un enorme incremento de pruebas diagnósticas y tratamientos, algunos de los cuales se han convertido en actividades ampliamente utilizadas en indicaciones no bien validadas, lo que lleva a una incertidumbre sobre su eficacia y seguridad, un incremento de las tasas de complicaciones y a abusos de marketing.
En los EEUU, estudios recientes realizados en el sistema sanitario Medicare documentan un incremento del 639% en las prescripciones de infiltraciones epidurales de esteroides, un 423% en la prescripción de opioides en lumbalgia, un 307% de incremento en las solicitudes de RNM de columna lumbar y un 220% de incremento en las intervenciones quirúrgicas de fusión vertebral lumbar.
Sin embargo, los estudios (limitados) realizados sugieren que esos incrementos no se han visto acompañados de mejorías desde el punto de vista poblacional en los resultados en salud o en las tasas de discapacidad asociadas.
El artículo sugiere, por tanto, la necesidad de un mejor entendimiento de las ciencias básicas de los mecanismos del dolor, ensayos más rigurosos e independientes de muchos de los tratamientos actuales, la puesta en marcha de pasos regulatorios más fuertes, dirigidos tanto a la aprobación inicial como a la vigilancia post-marketing de nuevos fármacos y aparatos dirigidos al tratamiento del dolor crónico, así como la adopción de un modelo de gestión de enfermedad crónica para el manejo del dolor lumbar.
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