Se entiende por "presentismo laboral" la situación de aquellas personas que trabajan a pesar de estar enfermos, lo que provoca un bajo desempeño en sus actividades. Hoy en día, este concepto engloba más condiciones, todas ellas resultado de no poder desempeñar las funciones al 100%: depresión, ansiedad, problemas de pareja, entre otros. La clave está en la falta de concentración, que se traduce en una gran falta de productividad y se define como un cambio en la actividad ligado directamente a la lesión o enfermedad.
Hasta la fecha, la mayoría de estudios realizados sobre el presentismo han estado dirigidos de forma primaria a los costos que supone y, sobre todo, desde el punto de vista del empleador, demuestran que las pérdidas de productividad encontradas son superiores a las producidas por el absentismo y los costos médicos o farmacéuticos relacionados. Estos hallazgos sugieren que una de las tareas de los supervisores debería ser el hallazgo de aquellos trabajadores lesionados o enfermos y su consejo para que acepten una baja laboral hasta que se reincorporen a una situación “normal”.
Los costos derivados del absentismo se pueden medir multiplicando las horas de trabajo perdidas por el salario medio horario. Los trabajadores con cuadros de dolor crónico (a menudo resultado de accidentes laborales previos) suelen tener dificultades para continuar trabajando, lo que genera discapacidades a corto y largo plazo (ambas son formas de absentismo), que pueden resultar muy costosas no sólo para el empleador, sino también para los sistemas de protección social.
En el caso del presentismo, el cálculo de costes se hace bastante más difícil, como se aprecia en varias revisiones ya realizadas (Prasad et al., Lofland et al.), en las que no se ha podido identificar ni siquiera una única medida que sea aplicable a un proceso determinado en una industria específica. Sin embargo, lo que estas revisiones si ha podido demostrar es que los “costos ocultos” del presentismo, referidos fundamentalmente a las pérdidas de productividad, varían entre el doble (Hemp) y el cuádruplo (Loeppke) de los costos médicos y farmacéuticos asociados con la lesión o enfermedad.
El estudio realizado por Howard et al. publicado en el J Occup Environ Med. 2009;51:724-731 intenta una nueva vía de aproximación para intentar entender cómo el presentismo se correlaciona con los resultados en pacientes afectos de dolor crónico o discapacidad en general.
Métodos.- La muestra consiste en 2.191 pacientes consecutivos afectos de enfermedad músculo-esquelética crónica discapacitante a los que se clasifica como presentistas(n=704) o ausentistas (n=1.487), a los que se incluye en un programa de recuperación funcional. Las medidas realizadas incluyen la evaluación médica, datos demográficos, diagnósticos psiquiátricos en el momento basal, seguimiento socioeconómico a 1 año y la realización de cuestionarios validados para la evaluación de dolor, depresión y función.
Resultados.- Los hallazgos demuestran que los pacientes clasificados como presentistas, eran significativamente más capaces de completar el programa de restauración funcional prescrito, de reincorporarse a su trabajo a tiempo completo, a mantener el tratamiento al cabo de 1 año de seguimiento y a no presentar una disminución de las demandas laborales en relación con la situación pre-lesional.
Conclusiones.-De forma muy interesante, estos hallazgos contradicen las recomendaciones hasta ahora sostenidas, de manera que tanto los empleadores como los empleados se beneficiarán de la permanencia en su puesto de trabajo de aquellos trabajadores lesionados, en lugar de que opten por una baja laboral de corto o largo plazo, lo que apoya el modelo “Permanece en el Trabajo” (Stay at Work) sobre el “Reincorpórate al Trabajo” (Return to Work)
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