JERARQUÍA SOCIAL DEL DOLOR Y SU CONEXIÓN CON LA MEMORIA DEL DOLOR SUFRIDO ANTERIORMENTE

Lourdes Biedma Velázquez, María Isabel García Rodríguez, Rafael Serrano del Rosal

Journal of Pain Research 2018, 11: 2949-2959

Antecedentes

El dolor es una percepción condicionada tanto por la experiencia dolorosa como por la imaginación colectiva de cada sociedad. El objetivo general del proyecto del que forma parte este trabajo fue descubrir qué piensan los ciudadanos sobre los diferentes aspectos de esta experiencia compleja. Más precisamente, el objetivo de este trabajo es conocer cuál es el peor dolor que se puede sufrir según los españoles y qué determina esa jerarquía, teniendo en cuenta que este trabajo ha elegido una definición amplia del dolor, incluidos los dolores de diferentes orígenes, a saber: dolor físico, psicológico y emocional.

Materiales y métodos

Se han utilizado los datos del estudio CIS 3137 "Percepciones sociales del dolor", que es un módulo de encuesta diseñado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) del Consejo Nacional de Investigación (CSIC). Se ha realizado un análisis jerárquico de múltiples factores, utilizando el software de análisis estadístico SPSS, donde la variable dependiente es la opinión del ciudadano sobre cuál es el peor dolor que puede sufrir, recodificado según el origen del dolor (físico, psicológico y emocional). Las variables sociodemográficas y las variables vinculadas a la experiencia del dolor se han incluido como variables independientes.

Resultados y conclusión

Aunque los dolores más frecuentes entre los ciudadanos españoles son los de origen físico, especialmente los relacionados con problemas musculoesqueléticos y los de origen orofacial, cuando se les pregunta cuál es el peor dolor que puede sufrir una persona, no mencionan este tipo de dolor, sino los de origen emocional. También ha sido posible confirmar que el dolor al que se refieren los ciudadanos cuando se les pregunta sobre el peor dolor que puede sufrir y, por lo tanto, la jerarquía del dolor que tienen los ciudadanos españoles como grupo, está condicionado, aunque no determinado, por el dolor que previamente se ha sufrido, por la experiencia propia de dolor.