Wayne A Ray, Cecilia P Chung, Katherine T Murray, Walter E
Smalley, James R Daugherty, William D Dupont, C Michael Stein
JAMA: the Journal of the American Medical Association 2018
December 4, 320 (21): 2221-2230
Importancia
La elección de anticoagulantes y la inhibición de la bomba
de protones (IBP) pueden afectar el riesgo de hemorragia del tracto
gastrointestinal superior, una complicación frecuente y potencialmente grave
del tratamiento con anticoagulantes orales.
Objetivos
Comparar la incidencia de hospitalización por hemorragia del
tracto gastrointestinal superior en pacientes que usan anticoagulantes orales
con y sin terapia con IBP, y determinar la variación según el riesgo de
hemorragia gastrointestinal subyacente.
Diseño, entorno y participantes
Estudio de cohorte retrospectivo en beneficiarios de
Medicare entre el 1 de enero de 2011 y el 30 de septiembre de 2015, que
utilizaron apixabán, dabigatrán, rivaroxabán o warfarina con o sin terapia de
IBP.
Principales resultados y medidas
Hospitalizaciones por hemorragia del tracto gastrointestinal
superior: incidencia ajustada y diferencia de riesgo (DR) por cada 10.000
personas-año de tratamiento anticoagulante, tasas de incidencia (TIR).
Resultados
Hubo 1.643.123 pacientes con 1.713.183 nuevos episodios de
tratamiento con anticoagulantes orales incluidos en la cohorte (edad media [DE]
76,4 [2,4] años, 651.427 personas-año de seguimiento [56,1%] fueron mujeres y
la indicación fue fibrilación auricular para 870.330 persona-año [74.9%]). Para
754.389 personas-año de tratamiento sin IBP, la incidencia ajustada de
hospitalización por hemorragia del tracto gastrointestinal superior (n = 7.119)
fue de 115 por 10.000 personas-año (IC 95%, 112-118). La incidencia para
rivaroxabán (n = 1.278) fue de 144 por 10.000 personas-año (IC 95%, 136-152),
que fue significativamente mayor que la incidencia de hospitalizaciones para
apixabán (n = 279; 73 por 10.000 personas-años). IRR, 1.97 [IC 95%, 1.73-2.25];
RD, 70.9 [IC 95%, 59.1-82.7]), dabigatrán (n = 629; 120 por 10.000
personas-año; IRR, 1.19 [IC 95%, 1,08-1,32]; RD, 23,4 [IC 95%, 10,6-36,2]), y
warfarina (n = 4.933; 113 por 10.000 persona-año; TIR, 1,27 [IC 95%,
1,19-1,35]; RD, 30,4 [IC 95%, 20,3-40,6]). La incidencia para apixaban fue
significativamente más baja que la de dabigatran (IRR, 0,61 [IC del 95%,
0,52-0,70]; RD, -47,5 [IC del 95%, -60,6 a -34,3]) y warfarina (IRR, 0,64 [95%
IC, 0,57-0,73]; RD, -40,5 [IC del 95%, -50,0 a -31,0]). Cuando se comparó el tratamiento
anticoagulante con IBP (264.447 personas-año; 76 por 10.000 persona-año) con el
tratamiento sin IBP, el riesgo de hospitalizaciones por hemorragia del tracto
gastrointestinal superior (n = 2.245) fue menor en general (TIR, 0,66 [95 % CI,
0.62-0.69]) y para apixaban (IRR, 0.66 [95% CI, 0.52-0.85]; RD, -24 [95% CI,
-38 a -11]), dabigatran (IRR, 0.49 [95% IC, 0,41-0,59]; RD, -61,1 [IC 95%,
-74,8 a -47,4]), rivaroxaban (IRR, 0,75 [IC 95%, 0,68-0,84]; RD, -35,5 [IC 95%,
-48,6 a -22.4]), y warfarina (IRR, 0.65 [IC del 95%, 0.62-0.69]; RD, -39.3 [IC
del 95%, -44.5 a -34.2]).
Conclusiones y relevancia
Entre los pacientes que iniciaron tratamiento con
anticoagulantes orales, la incidencia más alta de hospitalización por hemorragia del
tracto gastrointestinal superior fue en los pacientes que recibieron
rivaroxaban y la más baja en los pacientes que recibieron apixaban. Para cada
anticoagulante, la incidencia de hospitalización por hemorragia del tracto
gastrointestinal superior fue menor entre los pacientes que recibieron
tratamiento con IBP. Estos hallazgos pueden informar la evaluación de los
riesgos y beneficios al elegir agentes anticoagulantes.
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