Evangelia Kalaitzoglou, John L Fowlkes, Iuliana Popescu,
Kathryn M Thrailkill
Diabetes/metabolism Research and Reviews 2018 November 22,:
e3100
Las personas con diabetes tipo 1 o tipo 2 (DM1, DM2) tienen
un riesgo de fractura significativamente mayor que las personas de la misma
edad sin diabetes, atribuidas a los déficits específicos de la enfermedad en la
microarquitectura y las propiedades materiales del tejido óseo. Por lo tanto,
los efectos independientes de los medicamentos para la diabetes sobre la
integridad del esqueleto son de vital importancia. Los estudios de terapias
basadas en incretina han mostrado efectos divergentes de diferentes agentes
sobre el riesgo de fractura, incluidos efectos perjudiciales, beneficiosos y
neutros.
Se cree que las sulfonilureas, debido a su potencial
hipoglucémico, amplifican el riesgo de fracturas relacionadas con caídas,
especialmente en los ancianos. Otros agentes como las biguanidas pueden, de
hecho, ser osteo-anabólicos.
En contraste, a pesar de las propiedades anabólicas de la
insulina que se esperan de manera similar, los datos sugieren que la
farmacoterapia con insulina en sí misma, particularmente en DM2, puede ser un
factor de riesgo para la fractura, asociada negativamente con determinantes de
la calidad y la fortaleza ósea.
Finalmente, los inhibidores del cotransportador 2 de la
glucosa dependiente de sodio se han asociado con un mayor riesgo de fracturas
atípicas en poblaciones seleccionadas y, posiblemente, con un aumento de la
amputación de la extremidad inferior con medicamentos específicos SGLT2I.
El papel del músculo esquelético, como mediador potencial y
determinante de la calidad ósea, también es un área relevante de exploración.
Actualmente, los datos sobre el impacto de los medicamentos que disminuyen la
glucosa en la atrofia muscular relacionada con la diabetes son más limitados,
aunque los estudios preclínicos sugieren que varios agentes hipoglucemiantes
pueden tener efectos agravantes (sulfonilureas, glinidas) o reparadores
(tiazolidindionas, biguanidas, incretinas) en la atrofia del músculo
esquelético, influyendo así en la calidad ósea. Por lo tanto, la eficacia
terapéutica de cada agente hipoglucemiante también debe evaluarse a la luz de
su impacto, solo o en combinación, sobre la salud musculoesquelética, al
determinar un enfoque de tratamiento individualizado. Además, el efecto de los
medicamentos más nuevos (que posiblemente buscan una indicación clínica
expandida en el rango de edad pediátrica) en el esqueleto en crecimiento es en
gran parte desconocido. En este documento revisamos la literatura disponible
sobre los efectos de la farmacoterapia para la diabetes, por clase de
medicamentos y/o por indicación clínica, sobre la salud musculoesquelética de
las personas con diabetes.
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